“Hay una alianza del Otro de la medicina con el Otro de la industria farmacéutica, para obturar la posibilidad de tratar la singularidad del que sufre en su síntoma.”
Santiago Castellanos
En mi experiencia en el trabajo con autistas, surgen inquietudes relacionadas con la función del practicante en una institución. Me he encontrado cediendo ante la institución y sus formas de trabajo. Es por eso que se me presenta angustia al momento de enfrentarme al discurso científico y sus planteamientos en la clínica del autismo, que dificultan mi disposición a la escucha.
Como funcionarios de la ciencia, se somete a los “especialistas” a refugiarse detrás de los protocolos. A su vez se obstaculiza el deseo de aquellos que quieren abrir el espacio para la escucha. Me he visto en la obligación de utilizar manuales diagnósticos como el DSM- V y una cantidad de protocolos para diagnosticar funcionalidad y capacidad intelectual, preguntándome ¿qué lugar puedo tomar en esta institución?.
¿Todos autistas?
Las demandas de los padres que buscan la cura, son respondidas con infinitas opciones. Existen terapias, medicamentos, instrumentos de evaluación, técnicas y una gran lista de etcéteras que llevan al sujeto consumir sin medida. Con respecto a esto Santiago Castellanos dirá que: “Para las neurociencias el sujeto queda reducido a un trastorno de las funciones cerebrales y la respuesta universal está en el protocolo y la medicación.”*
Ahora bien, este trato estandarizado, a modo de receta, que se les da a los síntomas y particularidades de los autistas produce que permanezcan sin ser escuchados en lo más íntimo y real de cada sujeto. Por ende no se les pregunta nada sobre ellos y, si se les pregunta, es con la predisposición a no escuchar. Cada vez somos menos sujetos y más autistas. “El sujeto moderno vive conectado a las redes, el sujeto contemporáneo vive cada vez más enganchado a esta cultura o más prisionero del goce autista que las pantallas proveen”**
Pareciera que todos somos iguales, y si no, debiéramos serlo. El autista es un sujeto negado a convertirse en un funcionario más, en otro igual. El discurso actual es de completud, donde todo está lleno y colmado. Todo está respondido por la ciencia.
En efecto, esto explicaría la banalización de los criterios diagnósticos cada vez más volubles y amplios. “La civilización actual se destaca por la producción generalizada de objetos para el goce pulsional, este es un goce que tiene un carácter autístico y anónimo, estereotipado, repetitivo, del que es muy difícil deshacerse porque el mercado lo alimenta incesantemente.”***
Este empuje a que no hay nada que preguntar ni cuestionar promueve para el sujeto asumir una posición autista. ¿Esto explicaría la cantidad cada vez mayor de autistas?
Algunos datos diagnósticos
El rol social que se le atribuye a psicólogos y otros profesionales es el lugar de quien sabe. Pero, ¿quién puede escuchar con atención cuando está ubicado en la posición del que todo lo sabe y tiene todas las respuestas?
En la práctica, he podido darle lugar a la escucha de cada sujeto particular. Jean Claude Maleval desarrolló ciertos criterios diagnósticos para diferenciar a autistas de otros niños que han sido diagnosticados bajo los criterios laxos del DSM.
“la verborrea es el uso de la lengua donde no hay enunciación, el autista se protege del objeto voz tanto de la propia como del otro sería lo mismo ser verborreico al mutismo, ambas están evitando la interlocución con el otro… hay una escisión dolorosa entre los afectos y el intelecto.”****
Si el niño habla, ofrece sus significantes, los siente, se apropia de ellos, a pesar de tener todas las características superficiales de autista. En la práctica, podemos entender que el autista no se enuncia. Pronuncia sus palabras pero no las utiliza, se manifiesta con voces artificiales, sin expresividad. Lo importante, es escuchar a los sujetos en su singularidad.
* Castellanos, Santiago. (2015) Crisis ¿qué dicen los psicoanalistas? Disponible en: http://crisis.jornadaselp.com/
** Idem
*** Idem
**** Maleval, J.C. (2007) Más bien verbosos, los autistas. Freudiana. N°51. Revista psicoanalítica publicada en Barcelona bajo los auspicios de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis.
Psicólogo clínico de orientación psicoanalítica y actor de teatro.
Experiencia en la atención de niños, adolescentes y adultos con necesidades especiales.